Debemos siempre esquiar de acuerdo con nuestro nivel técnico, grado de pericia y condición física, por lo que resulta muy importante conocer las pistas por donde nos vamos a deslizar. Como si de un lenguaje universal se tratara, las pistas de todas las estaciones, se encuentran diferenciadas por una serie de colores. Marcadas en el comienzo de la pista (un cartel identifica el nombre de la misma en el correspondiente color) y a lo largo de ella mediante las balizas, indican su nivel de dificultad.
Itinerario: (pistas marcadas con un color anaranjado): los itinerarios son rutas que no suelen estar balizadas. Sólo están recomendadas para esquiadores expertos y a ser posible en grupos, ya que los servicios de la estación no cubren estas rutas. La nieve no está pisada por máquinas ni esquiadores y el recorrido no está claramente definido, por lo que sólo deberían realizarse si se conoce previamente. Son recorridos muy largos o especialmente difíciles, marcados por la estación, pero sobre las que no asume responsabilidad.
Fuera de pista: el esquí fuera de pista tiene las mismas características que los itinerarios, entraña dificultades técnicas y peligros naturales, como la posibilidad de aludes. Pero estas no están marcadas por la estación. El esquiador baja por un lugar no marcado por balizas ni pisado por maquinaria y por donde no pasa habitualmente nadie.
Fondo: son itinerarios de varios kilómetros especialmente preparados para los aficionados al esquí de fondo.
Es importante que nos ajustemos a nuestro nivel de esquí a la hora de elegir la dificultad de la pista por la que vamos a esquiar, no siendo recomendable meternos por pistas de mayor desnivel o dificultad del que podamos afrontar, sin tampoco obsesionarse por el color de las pistas. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que la dificultad de las pistas también está condicionada por el estado de la nieve y la climatología. ¡Y ahora, a disfrutar de la nieve!
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